16.5.07


Jajaja, (ríete es gracioso), con facilidad pasmosa, te engalanas con una sonrisa. No , no me ha hecho gracia, pero nunca lo sabrán, tampoco me ha parecido “no gracioso” simplemente me da igual. (¿Triste?) ahora toca ilustrar el rostro con un sentimiento de tristeza. Me siento indiferente, no me da pena.

¿Que disfraz emocional quedaría bien en esta situación?, he de tornar mi indiferencia en alguna expresión que me involucre en lo que acontece en mi exterior. Datos necesarios: acontecimiento, quienes me rodean, su reacción, que pretendo de ellos, que quiero que pretendan de mi, cuanto valoro el hecho de que estén a mi alrededor...
Mascaras de tragedia griega con millones de matices emocionales, contextualizadas y representativas de lo que se debiera sentir y no siento (¿realmente debieras?), expresiones vivas de un rostro muerto, (eres muy expresivo) graduación incorrecta del sentimiento “prestado”. Realmente la vida es un baile de mascaras.

¿Hipocresía? No, socialización.


Sin alternativa posible... la indiferencia es una forma de estar muerto... y no es fácil morir entre "vivos" (¿vivos?).